lunes, 7 de julio de 2008

QUIEN ERES EN LA NOCHE

¿Quién eres en la noche, mujer? ¿Cuál de cuáles? ¿Cuál de todas?
Apareces y reapareces en nuestros cuerpos que se jalan, se tragan y se inhalan.
¿En quien te transformas, mujer? ¿En la noche? ¿En qué bestia? ¿En qué ser salvaje dependiente de la luna como un lobo?
Regresas, mujer, de entre los calabozos de telas y riendas. Mientras, el cielo se mueve escupiendo el hedor de los siglos sexuales que nos atraviesan.

Primero pareces salir de una espesura como lodo, como cemento fresco; algo que te detendrá. Pero mas tarde nadas como un pez, te zambulles en la piel estirada y sucumbida por la atmósfera.

¿Quién eres, la noche, mujer? ¿Qué fantasma femenino te interrumpe el cuerpo para aparecer frente a mí? ¿Con qué fatalidad te arrepientes de haberme dibujado con la mano? ¿Con qué conciencia inmunda me has salpicada de tu veneno y has hechizado mi forma, mi concepto, mi mirada?

¿Qué mujer te seduce, noche? ¿Qué piernas femeninas te fastidian las estrellas? Noche, eres tan viril como un hombre en celo. ¿Qué mujer camina por tu vía? ¿Cuál de cuáles? ¿Cuál de todas te roba la identidad para enmudecer mi instinto y castigarme en los calabozos de tela?

Ha de ser la mujer que una vez se vistió de día para encandilarme, ha de ser la misma que ha querido siempre empuñar el filo y clavar por delante mil veces mi sombra.
¿Quién eres en la noche, mujer? ¿Cómo te llamas mujer? ¿Qué fuerza o poder obedeces?
¿Obedeces, mujer?

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