sábado, 13 de septiembre de 2008

LEE IN TEMPO

Tic-
Los sabores esparcen sus ceremonias en la lengua. La boca engulle el veneno. Todo parece abominable. Quasimodos miran inquietos, le ofrecen agua.
Tac-
Escucha el compás.
Tic-
Lo escucha dentro.
Tac-
En este segundo, un recuerdo fotográfico que se había perdido en el laberinto de su cerebro, aparece. Sabe que éste recuerdo vagabundea por su mente hace décadas.
Tic-
Ahora tiene un pensamiento que lo hace entender que miles de imágenes se pierden cada día y quedan como naufragios bribones en nuestro cráneo pensante.
Tac-
Odia su poesía, la odia como si fuese un karma irreducible e inaniquilable.
Tic-
Escucha el compás…
Tac-
No tiene idea a donde lo ha dirigido el veneno.
Tic-
Parece un viaje galáctico. Las estrellas bajan, los pies suben, las dimensiones se enloquecen, los oídos sufren hemorragias, los ojos lloran lágrimas estampadas en la piel, las manos sudan siluetas de mujeres desnudas, los dientes se ablandan, la voz masculla nombres, palabras e idiomas que nunca pronunció. Los pétalos: no sabe de donde sacó pétalos, no sabe de donde sacó un dios para adorar ni un cometa para volar ni una planta a la que le habla, escondido en un rincón. Mientras, los Quasimodos siguen creyendo que esta a punto de hacerse un harakiri con una almohada.
Tac-
Respira como si fuese la primera vez en la vida que respira.
Tic-
Se da cuenta:
Tac-
Un reloj en la pared vecina le cuenta un cuento.

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